Entorno

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El municipio de Labuerda se sitúa en las sierras exteriores del Pirineo, en el valle del Cinca, rodeado de un extraordinario paisaje que preside la impresionante mole de la Peña Montañesa y los valles del Pineta apuntando en el horizonte.

 

El municipio lo componen las poblaciones de Labuerda y San Vicente de Labuerda. El primero mantiene en su interior el calor y tranquilidad de los pueblos tradicionales. Su vecino, San Vicente, reposa en el monte orgulloso de poseer un templo románico lombardo del siglo XI.

El pueblo de Labuerda, compuesto por el barrio de San Juan y el de San Sebastián, se agrupa en torno a la plaza Mayor, a la que se accede por una calle presidida por la iglesia renacentista dedicada a San Sebastián, y que fue construida entre los siglos XVI-XVII; de ella destaca su torre octogonal. Las calles todavía conservan sus antiguos nombres: Herrería, Arboleda, Barranco, etc. En la plaza destacan edificios que, restaurados la mayoría, mantienen diversos detalles arquitectónicos de interés: Casa el Notario, con elementos decorativos y escudo; Casa Carrera, con una gran puerta de medio punto y la planta baja abovedada en piedra; Casa Lanau, con espectaculares balcones rematados con tallas en madera de estilo neogótico.

Las Fiesta Mayores de este tranquilo pueblo se celebran el 16 de agosto; también merece destacarse la romería de San Visorio, de tradición medieval, que reune el 15 de mayo a franceses y aragoneses. Hablar sobre la Fiesta de San Sebastián, el 20 de enero con sus tradicionales hogeras.

Este hermoso y apacible entorno natural goza de una privilegiada situación geográfica, que facilita el acceso a los tres espacios protegidos más importantes del Pirineo: el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, el Parque de Posets-Maladeta y Parque de la Sierra y Cañones de Guara.

 

Muy cerca de Labuerda, se encuentra la antes mencionada población de San Vicente de Labuerda, en la que sobre un pequeño promontorio se situa la iglesia de San Vicente Mártir, construida en el siglo XII, en estilo románico lombardo. La puerta de entrada orientada al sur, con arco de medio punto y arquivoltas. Los capiteles esculpidos con motivos geométricos y vegetales, mantienen restos de su pintura original en tonos rojizos. En el interior, nos encontramos con una decoración pintada del siglo XVIII con motivos de rocallas y flores, así como una representación del Cordero Místico sobre el Libro de los Siete Sellos. En el Altar Mayor se conserva el retablo dedicado a San Vicente, admirable obra gótica de finales del siglo XV, así como valiosas tablas góticas en el retablo mayor, una estatua románica y tallas y pinturas barrocas del siglo XVIII.

Si impresionante es la iglesia, no lo son menos sus casas de piedra situadas en terrazas bajo la iglesia románica. Destaca Casa Buil, casa fuerte del siglo XVI, que mantiene la torre y conserva una hermosa ventana dividida en arcos de medio punto de origen medieval, así como un pequeño oratorio, dedicado a la Asunción.

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